Tras una ruptura o una infidelidad vivimos una muerte de nuestra relación de pareja. Incluso tras una infidelidad, termina la relación de pareja que habíamos construido hasta el momento y se abre la posibilidad de construir otra, si los dos lo desean, o de acabar con la relación.
Por lo tanto, se ha de pasar un proceso de duelo. Según la psiquiatra experta en la muerte, Elisabeth Kübler-Ross, el duelo está compuesto por cinco etapas, que no son lineales ni rígidas: negación, enfado, negociación, depresión, aceptación. Y yo añadiría el aprendizaje, porque ha sido una experiencia que nos ha enriquecido.
Etapa de la negación: la persona se niega a aceptar que la relación ha acabado. Es una estrategia para aplazar el dolor, pero acabará chocando con la realidad.
Etapa del enfado: es la fase de la ira, cuando buscamos culpables de lo que ha pasado. La ira aparece ante la frustración de ver que ha acabado algo en lo que habíamos puesto mucho amor, tiempo y deseos.
Etapa de la negociación: en esta fase, fantaseamos con la idea de que se puede revertir el fin de la relación y nos preguntamos: ¿qué hubiera pasado si…? y pensamos en posibilidades que habrían evitado el resultado final, como ¿Y si hubiera hecho esto o lo otro?
Fase de la depresión: la tristeza profunda y la sensación de vacío son características de esta fase, que no se refiere a una depresión clínica, sino que hace referencia a un conjunto de emociones vinculadas a la tristeza natural del fin de esta relación. Si no sintiéramos tristeza es que no nos habría importado ni habríamos sentido nada por esta persona.
Fase de la aceptación: una vez aceptada la pérdida, aprendemos a convivir con el dolor emocional de haber perdido nuestra pareja y con ella todo lo que habíamos construido juntos y poco a poco entendemos que podemos reemprender nuestra vida y recuperamos la capacidad de experimentar alegría, placer y ganas de volver a compartirnos con alguien.
En este artículo quiero explicar cómo podemos identificar en qué fase del duelo estás tú o en qué fase está la persona que estás conociendo. La fase óptima para empezar una relación es, obviamente, la fase de la aceptación.
Si estás o te reconoces en alguna de las otras fases, es muy recomendable asistir a un psicólogo o psicóloga. Si tú no estás bien, es fácil caer en construir dinámicas tóxicas, donde una tercera persona se entromete en la relación de pareja. Es decir, si no tienes el duelo superado, esta tercera persona se hará presente en la relación, en tus pensamientos o, incluso, físicamente.
Como reconocer en qué fase del duelo está tu relación

Cómo detectar si tu estás o la persona que conoces está en NEGACIÓN:
En esta fase, la persona se siente anclada en el pasado, en la negación de lo que ha vivido, en la no aceptación de lo que le sucedió con su anterior pareja. Por ejemplo, no querría hablar de su anterior pareja, ni de lo que le ha hecho, ni de ninguno de los detalles de lo que no han hecho ni de porqué se acabó.
La antigua pareja está tan presente en su cabeza que le impide disfrutar de la relación real. Todo le sigue recordando a él o ella, y le cuesta avanzar con su vida. La persona no quiere aceptar lo que ha pasado y se siente tan mal consigo que solo busca conocer a alguien para sentirse deseada, importante, para saber que siguen gustando.
He conocido parejas que se vinculan estando uno de los dos en esta fase de negación y hay mucho sufrimiento. Es muy difícil que de aquí se construya una relación, lo más probable es que la persona vuelva a gustarse pero que no pueda empezar algo porque tiene la anterior pareja en la cabeza. Si encuentras a alguien en esta fase, lo mejor es alejarse.
Cómo darte cuenta si tu o la otra persona está en el ENFADO
La persona que inicia una relación desde esta fase, se vinculará con el otro desde la rabia y la frustración, porque aun siente algo por la otra persona. Acuérdate que del amor al odio hay un paso. La frustración y el mal rollo que siente lo llevarán a ser exigente y sentirse enojado porque todo le va mal, pero sin querer admitir que se siente así por su última relación.
Entonces la culpa va a parar a la nueva persona porque no le da lo que quiere. En el fondo sabe que esta persona no se lo puede dar lo que quiere, porque lo que de verdad anhela es la relación de antes y quiere que esa persona lo vuelva a abrazar o que le mande un mensaje o le diga algo…
Este anhelo frustrado le impide valorar y apreciar lo que tiene con su nueva pareja. En este caso también hay mucho sufrimiento y la nueva persona puede sentir que no es suficiente o que todo lo hace mal, generando una dinámica poco sana donde todo puede ser vivido desde la inseguridad.


Cómo darte cuenta si uno de los dos está en el NEGOCIACIÓN
La persona que está en fase de negociación tiene muchas dudas internas y se pregunta qué quiere hacer, si seguir con la actual pareja o si aún es posible volver con su antigua pareja. Negocia internamente preguntándose qué es mejor y se traduce en un vínculo muy inestable e inseguro, porque la persona no se decide. No sabe si quiere ver a la nueva persona, si quiere alejarse, si quiere volver con su ex… es un ahora sí y ahora no constante.
Por lo tanto, en esta vinculación sigue habiendo sufrimiento, porque hay mentiras, muchas dudas, incertidumbre… Sufre la persona que está en negociación y también su pareja, porque se encuentra con una persona desequilibrada que no sabe lo que quiere.
Lo más honesto para la persona que está en negociación es que se tome un tiempo a solas y decida lo que quiere y se comprometa con esta decisión, así respetas la otra persona y no estás jugando con ella.
Cómo detectamos que uno de los dos está en DEPRESIÓN
El primer momento que conoces a esta persona quizá no te des cuenta de su estado emocional, pero si vas quedando a solas vas a notar una emoción latente de desesperanza y de falta de motivación. Su carácter estará teñido por este tono depresivo y melancólico, muy Sabinero de 19 días y 500 noches.
La persona que está en depresión tiende a buscar un colchón emocional que le sostenga y le ayude a sobrevivir la pérdida de la otra persona y a superar su experiencia anterior. Porque no sabe responsabilizarse de su dolor ni como gestionar estas emociones de dolor que siente.
Si te encuentras con una persona que está en esta fase, no te hagas responsable de su realidad. No te pongas en el rol de salvador o salvadora. Al principio te gusta y te sientes atraída por esta persona y no quieres que esté triste ni melancólico. Pero una relación debe estar en equilibrio y tu rol no es el de ser su colchón emocional.
Te encontrarás que cuando quieras que te sostengan a ti no va a estar ahí por ti, porque no puede. Busca equilibrar tu relación en el dar y recibir, en el sostener y que te sostengan. En que tú no tienes que salvar a nadie. Los dos os salváis o que cada uno se salve a sí mismo. Siempre buscando el equilibrio.


Como sabrás si estáis en la fase de ACEPTACIÓN
Esta fase es la óptima para iniciar una relación sana y en la que no haya sufrimiento. Las dos personas se sienten en calma, acompañadas y felices y con ganas de vivir nuevas aventuras. Incluso se puede afirmar: quiero conocer a alguien porque ya no pienso en mi ex y tengo ganas de vivir nuevas emociones con otra persona.
Sientes que ya has superado la herida o lo que has vivido, y cuando piensas en tu ex relación ya no sientes ese dolor abrumador en el pecho, lo puedes recordar con serenidad. Sientes que vives el presente y estás abierto a pasarlo bien y a vivir una relación desde el presente y hacia el futuro, sin que el pasado marque el compás.
Claves para iniciar una relación después de una ruptura o infidelidad.
- Habiendo cerrado la otra relación
- Estando bien contigo mismo: amándote y valorándote
- Sabiendo lo que quieres y lo que no quieres
- Conociendo y aprendiendo de lo vivido
- Liderando tu vida
Superar el duelo y llegar a la aceptación es un reto que nos supone aprender a gestionar nuestras emociones y un discurso mental. Es un proceso que lo podemos hacer solos y solas, pero a veces también podemos permitirnos pedir ayuda y dar estos pasos con alguien que nos acompañe en el camino de recuperar nuestra autoestima e ilusión de volver a abrir a una nueva relación. Si quieres que te acompañe, ¡estaré encantada de hacerlo!