Una de las cosas que se daña cuando se descubre una infidelidad es la confianza

La confianza es el hilo invisible que construimos con la otra persona, por la seguridad de contar con su buena fe. Contamos que actuará de forma adecuada según sus valores y creencias delante de una determinada situación. 

Al descubrir la infidelidad ese hilo que se ha ido tejiendo durante años se rompe y volverlo a tejer no siempre es fácil. Las mentiras y los engaños dinamitan la confianza que se había otorgado a esa persona. 

La mentira duele

Incluso a veces lo que se ha hecho en la infidelidad duele menos que la mentira de no haber contado la verdad. Es decir, dicho al revés, cuesta más aceptar que ha traicionado nuestra confianza por no explicar lo que está pasando, que lo que haga en el engaño.

¿Qué nos pasa cuando desconfiamos?

Muchas veces la persona que descubre que su pareja le es infiel, tiende a tener dinámicas de control y a no confiar. 

A cada persona se le activa en mayor o menor grado el control. Si se te activa vas a ver cómo tu cerebro está 24h pensando en lo que está haciendo la otra persona: si seguirá hablando con ella, si se están escribiendo…

El peligro de ver el mundo desde la desconfianza

La desconfianza nos lleva al control y el control hace que analices todas las situaciones, todas las actitudes, lo que hace y lo que no hace desde este prisma.

Tener el cerebro 24 horas pensando en lo que hace la otra persona no suena muy sano. Sé que es difícil desconectar de este pensamiento tan abrumador que tormenta tu mente pero lo has de conseguir. 

¿Dónde me lleva el control?

Voy a poner un par de ejemplos: llega tarde a casa y tu ya estás pensando que ha quedado con la otra persona. O otro día le llamo y no me contesta y ya estoy pensando que está con la otra. 

Espero y deseo que no lleves puestas siempre las gafas de la desoncfianza y que no observes la realidad siempre desde este prisma. Porque mirar así la vida va a generarte broncas constantes, actitudes de control, pedir explicaciones de porqué haces y porqué no haces sobre todo mucho sufrimiento y desconexión de ti mismo.

Te vas a sentir muy pequeño, inseguro, inestable, fatigado… El amor y las relaciones en general no deben construirse desde la inseguridad y la falta de confianza. 

¿Qué te propongo?

Mi propuesta aquí es dejar los reproches, dejar el control, dejar de analizar qué ha hecho y cómo lo ha hecho desde las gafas de la desconfianza y centrarte en ti. 

Analizar qué sientes ahora, qué te hace estar mal, qué te hace estar bien. Mi propuesta es que puedas descubrir qué actitudes, qué situaciones, qué comentarios te activan este pensamiento.

Cuando lo tengas claro y sepas como te sientas y cuales son tus necesidades, habla con tu pareja y expresa lo que te sucede, lo que sientes o piensas, y deja de lado los reproches.

Comunícate desde la honestidad

Activa una comunicación más sincera y próxima que te haga sentir bien. 

Esta conversación puede dar miedo porque no estamos acostumbrados a abrir nuestro corazón y a expresar nuestra vulnerabilidad. En cambio estamos muy acostumbrados a ver las broncas, las faltas de tono o las faltas de respeto que se generan por la desconfianza. 

Qué bonito sería que normalizáramos este tipo de conversaciones donde expresamos cómo estamos, cómo nos sentimos y qué nos duele sin broncas, amenazas… activando una comunicación más sana, más sincera y menos tóxica. 

Una conversación en la que buscamos el compromiso mutuo de los dos para afrontar esta situación desde otro prisma. Si no puedes sola ni solo, o no tienes el tiempo o simplemente quieres hacerlo con alguien que te guíe y te ayude a destapar esta verdad, busca ayuda profesional. 

 No hace falta que lo hagas solo ni sola

Como psicóloga especializada en terapia de parejas, he acompañado a muchas parejas o personas que han afrontado esta situación, tanto de forma individual como en pareja, a recuperar la confianza perdida y a sentar las bases para una comunicación sana. ¡Estaré encantada de acompañarte si lo deseas!